Al llegar al pequeño poblado de Trasmoz, enclavado en la hermosa Sierra de Moncayo, en la provincia española de Zaragoza, una pregunta salta de inmediato: ¿qué pudieron haber hecho sus habitantes para merecer esto? Y es que ni Salem, Massachusetts, con todos sus juicios de brujas, ni Transilvania, en Rumania, como cuna del mítico conde Drácula, han recibido el dudoso honor que sí ostenta este pequeño y tranquilo pueblo: es la única población de todo el mundo en la que todos sus habitantes, pasados y futuros, han sido excomulgados de la Iglesia Católica. El dato cobra aún más relevancia si se considera que precisamente en Zaragoza, la capital de la provincia, se encuentra el que se considera el primer sitio en el que la Virgen María se apareció, bajo la advocación de la Virgen del Pilar, al apóstol Santiago. Pero el tema en esta ocasión no es precisamente el del Reino de los Cielos, sino exactamente el contrario, el del pueblo que desde hace casi siete siglos no tiene derecho a entrar en él. Un pueblo en rebeldía La historia de cómo el pueblo de Trasmoz se convirtió en el único en el mundo excomulgado para toda la eternidad tiene mucho menos de espiritual que de humano, aunque a su alrededor han existido siempre historias de fantasmas y brujas. Integrado desde el siglo 12 a la corona de Aragón, este pueblo y su hermoso baluarte, que también data de la misma época, destaca por su aire tranquilo y su posición estratégica al interior de la Sierra del Moncayo. Los habitantes de Trasmoz fueron excomulgados dos veces de la iglesia. Foto: Ayuntamiento de Trasmoz Se dice que la primera de sus dos excomuniones ocurrió en 1255, cuando el abad del vecino Monasterio de Veruela decidió expulsar de la Iglesia Católica a sus moradores por no querer compartir la leña de un monte cercano. Lejos de ganar los favores del cielo, sus habitantes sufrieron una segunda expulsión eclesiástica en 1511, cuando el señor de Trasmoz se enfrentó de nuevo a los monjes de Veruela por un problema de aguas. Las historias de brujas son toda una tradición en la comarca. Foto: Ayuntamiento de Trasmoz Las cosas llegaron a un límite superior, tanto que, en una madrugada, el abad del monasterio cubrió con un manto negro el crucifijo de la iglesia y recitó el Salmo 130 con toques de campana, para que quedara certificada la excomunión eterna del pueblo y sus hijos. Una vez expulsados de la Iglesia, los moradores de este sitio le sacaron provecho a su leyenda negra. Desde entonces las historias de nigromancia, brujería y otras tradiciones oscuras son el pan de cada día en Trasmoz. Y encima, un poeta La fama ya bien cimentada de Trasmoz como pueblo maldito no hizo sino cuajar cuando, en el siglo 19, el famoso poeta andaluz Gustavo Adolfo Bécquer visitó el monasterio para intentar curarse de la tuberculosis. Gustavo Adolfo Bécquer le dedicó tres poemas de su libro “Desde mi celda”. Foto: Ayuntamiento de Trasmoz Allí, el poeta escribió algunos hermosos paisajes dedicados a las leyendas de Trasmoz e incluso llegó a asegurar que presenció el ajusticiamiento de la última bruja del pueblo, la Tía Casca, cuya maldad era tanta que el Diablo no la recibió en el infierno. ¿Qué hacer en Trasmoz? No es ninguna sorpresa que octubre y noviembre sean los meses favoritos para visitar este pintoresco pueblo, con senderos ideales para las caminatas y cafés en los que puedes escuchar con tranquilidad los relatos de los lugareños. Visitar el Monasterio de Veruela, en magníficas condiciones de conservación, y el Castillo de Trasmoz te enviarán a un tiempo en el que todos esos relatos pudieron ser verdaderos. Además, están las tradiciones. La Luz de las Ánimas es una de las fiestas grandes de este sitio. Foto: Ayuntamiento de Trasmoz Por ejemplo, el 12 de octubre se celebra la fiesta de la Virgen del Pilar, patrona de España, y más tarde, el 2 de noviembre, está la Luz de las Ánimas, un homenaje a los Fieles Difuntos que se celebra como en ningún otro lado. Si te parece poco tiempo para viajar a este lugar encantado, entonces apunta la fecha de la Feria de la Brujería, que se celebra tradicionalmente en julio y a la que no solo van hechiceras, sino también gente que desee compartir el conocimiento milenario sobre hierbas, medicina natural y otras formas de relacionarse con el entorno. Sigue leyendo: Josefina Rodríguez Zamora asiste a la presentación de la marca destino “Morelos, la primavera de México” Playa Miramar te necesita: el gobierno convoca a la megajornada de limpieza en Ciudad Madero El pueblo mágico rodeado de bosque y que se apoda como la Suiza mexicana
Trasmoz: así es el único pueblo excomulgado del mundo
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