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El Gobierno de México ha esquivado un nuevo cruce de declaraciones con Donald Trump. La presidenta, Claudia Sheinbaum, evitó pronunciarse este lunes ante una nueva de reproches y amenazas del magnate republicano, después de que asegurara en una entrevista con la cadena NBC que Estados Unidos “está subsidiando a México con 300.000 millones de dólares” y que, de mantenerse ese déficit comercial, sus vecinos deberían ser anexados como “un Estado” más de su país. “Vamos a dejar este diálogo frente a los medios”, afirmó la mandataria en La Mañanera, tras dos semanas de tensiones y enfrentamientos con Trump.Sheinbaum mandó señales de que está ajustando su estrategia para lidiar con el próximo titular de la Casa Blanca. En los últimos días, la presidenta ha respondido con cartas y mensajes en redes sociales a las provocaciones que Trump ha mandado desde el otro lado de la frontera, al asegurar que castigará a su principal socio comercial con aranceles del 25% si no hay un giro de mano dura frente a la crisis migratoria y el combate al tráfico de fentanilo. Ambos líderes también han chocado tras sostener una llamada telefónica el pasado 27 de noviembre, con versiones completamente distintas de lo que discutieron. Esta última vez, la mandataria no ha querido entrar en la polémica, en el entendido de que engancharse supone un desgaste innecesario y no le beneficia a ella ni a su país.“Obviamente, México es un país libre, soberano, independiente, eso lo sabemos todos y así siempre lo tenemos que defender”, dijo tras la última embestida de Trump. Apenas el pasado viernes, Sheinbaum tuvo otra confrontación con el republicano, que aseguró ante sus seguidores que la presidenta mexicana le había reclamado “¿Por qué me haces esto?” después de que hizo públicas sus intenciones de imponer aranceles a México tan pronto como llegara a la Casa Blanca. “Él tiene una manera de comunicar”, respondió la mandataria, para quitar importancia a los dichos del presidente electo y negar que le hubiera suplicado o hecho algún reproche.En una primera fase, Sheinbaum entró al trapo y fijó límites en los intercambios que tenía con Trump, como prólogo de la ardua renegociación del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), prevista para 2026. La mayoría de los especialistas y analistas mexicanos coincidió en que era necesario trazar algunas líneas rojas, aunque algunos no estaban convencidos de que las autoridades mexicanas respondieran a cada comentario que hiciera el político republicano en redes sociales. “Hay elementos básicos de la personalidad del nuevo presidente que hay que tomar en cuenta: no engancharse, no responder a los tuits sino a las acciones y tener objetivos muy claros”, señaló Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía y antiguo negociador en jefe de México para el TMEC, a este diario. “X no es el medio en el que debemos de tener una interlocución con Trump”, agregó.Al señalar que Trump tiene una “manera de comunicar”, la presidenta mexicana dio a entender que ya iba conociendo mejor a su interlocutor, aunque dejó claro también que las líneas rojas que estableció se iban a mantener. “Nunca vamos a agachar la cabeza ni a ser indignos en una conversación”, afirmó la semana pasada. Además, Sheinbaum dio visos de que iba a administrar su desgaste en la relación bilateral, ante el pronóstico de un camino largo por recorrer. Está previsto que Trump tome posesión el próximo 20 de enero, en el inicio de un mandato que durará cuatro años.Instigados por Trump, la idea de “anexar” a México y Canadá como Estados de EE UU no es nueva y ha ganado fuerza entre sus seguidores. “Si absorbemos Canadá, Groenlandia y México, controlaríamos casi toda la masa continental en el Hemisferio Occidental por encima del Ecuador”, fantaseaba hace unos días un usuario de Truth Social, la red lanzada por el republicano en 2022. La posibilidad de “anexar” a sus vecinos es remota y violatoria del Derecho Internacional, pero refuerza el discurso de que Ottawa y Ciudad de México deben doblegarse ante las exigencias del magnate, tras “aprovecharse” de Estados Unidos durante años.Trump ha vuelto para un segundo mandato bajo la premisa de que hará a “Estados Unidos grande otra vez”, ante una base de seguidores que abraza la tesis de que la hegemonía de su país como potencia mundial está en decadencia, ante la complacencia de quienes se supone que son sus principales aliados. El Gobierno mexicano, a su vez, parece haber entendido que, aunque las declaraciones de este tipo seguirán, responder en cada oportunidad sólo echa más combustible a nuevas amenazas y reclamos, y desvía la atención de lo que importa. “La única manera de competir con otras regiones del mundo es mantener y fortalecer el TMEC”, dijo Sheinbaum. “Más que vernos como competencia hay que vernos como un complemento”, insistió.

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