Con micrófono en mano y una actitud firme, Sandra Domínguez se paró durante años, de cara a sus monstruos, a denunciar las injusticias en Oaxaca. No mostraba temor al hablar, pero al llegar a su casa, sabía que las amenazas a causa de su trabajo continuarían. La abogada mixe y defensora de derechos humanos, de 38 años, exhibió con pruebas en la mano la misoginia que reinaba en su Estado, el machismo ejercido desde las más altas esferas del poder en su entidad. Desde hace 10 días, está desaparecida.Hace un par de años, Domínguez se hizo conocida en todo México por denunciar los mensajes sexistas y las fotografías de mujeres desnudas y sexualizadas que un amplio grupo de hombres, entre los que había funcionarios públicos y un precandidato a diputado, caso de Humberto Santos, de Morena, hacían circular por Whatsapp. El escándalo fue mayúsculo y aunque perdió tracción nacional, siguió coleando. En los últimos meses, Domínguez había sufrido amenazas. El pasado 4 de octubre desapareció y desde entonces no se sabe nada de ella. Su familia y sus amigos exigen la aparición con vida de la activista y que se investiguen las intimidaciones que sufría.La última comunicación que mantuvo Domínguez fue con su hermana, a quien pensaba visitar unos días en la ciudad de Oaxaca. Hablaron del viaje y de la inminente llegada de la depresión tropical Once-E, que entonces se esperaba golpeara a la entidad. Pero la hermana no volvió a saber de ella. Gente de su entorno, que prefiere no dar su nombre por miedo, relata que ante la falta de noticias, la familia de la abogada llamó a las compañeras del despacho en el que trabajaba, en María Lombardo de Caso, en el municipio de San Juan Cotzocón, cerca de la frontera con el Estado de Veracruz. Nadie sabía nada de ella. Había desaparecido junto a su pareja, Alexander Hernández, sin dejar rastro.Chats en los que se comparten fotografías de mujeres sexualizadas.CORTESÍASeis días después de la desaparición, el 10 de octubre, la camioneta que usaba la pareja apareció abandonada a 68 kilómetros de su casa, en Playa Vicente, un municipio en una zona de Veracruz azotada por la violencia. La Fiscalía de Oaxaca informó posteriormente que los teléfonos de ambos habían tenido actividad en el Estado vecino. La investigación comenzó con tropiezos, la familia pudo hacer la denuncia recién cuatro días después de la desaparición. Una fuente cercana a ellos, que prefiere guardar el anonimato, explica que intentaron presentarla en la Fiscalía en ciudad de Oaxaca, pero no les dejaron y les obligaron a ir hasta María Lombardo de Caso. Allí, los familiares aprovecharon para preguntar a conocidos lo que sabían de Sandra, pero nadie les dijo nada. “La gente estaba temerosa y ellos sintieron que les estaban siguiendo, por eso se volvieron a Oaxaca”, dice la fuente.Sandra Domínguez había levantado muchos callos en el Estado de Oaxaca. La activista denunció en marzo de 2021 al precandidato de Morena Humberto Santos, que aspiraba a un asiento en la Cámara de Diputados local de Oaxaca, por haber creado el chat de Whatsapp “Sierra XXX”, en el que animaba a compartir fotos íntimas de mujeres indígenas. En ese entonces, Santos se defendió, dijo que estaba “limpio”, pero se bajó de la candidatura. La protesta de Domínguez, acompañada por una decena de activistas de toda la entidad, apuntó además contra otros líderes políticos de la región. Las acusaciones, sin embargo, se perdieron ante la falta de respuesta de las autoridades. Dos años después, en marzo de 2023, la defensora de derechos humanos volvió a denunciar la creación de un nuevo chat, esta vez con el nombre de “Mega peda”, en el que diputados y funcionarios sexualizaban a mujeres y ejercían el machismo a diario.Uno de los acusados en ambas ocasiones fue Donato Vargas, titular de la Coordinación de Delegados de Paz de Oaxaca, en la órbita de Morena. Las decenas de imágenes que recopilaron Domínguez y sus compañeras activistas revelan múltiples conversaciones misóginas, con fotos de mujeres desnudas, realizadas por varios funcionarios públicos de la entidad, a cargo de Salomón Jara. ”Este Gobierno, que hoy no escucha a la ciudadanía, a las mujeres, permite que tú sigas ahí, burlándote, exhibiendo a mujeres, cuando ya hay denuncias”, dijo Sandra a Vargas en un video que difundió en aquel entonces. “Este es el Gobierno que tenemos, uno que protege a violentadores de mujeres”. Este periódico consultó al Ejecutivo de Jara para saber su versión de los hechos, pero no recibió respuesta.Más informaciónTras aquellas revelaciones, la activista comenzó a sufrir llamadas intimidatorias a su despacho. A ella y a sus compañeras les dijeron en varias ocasiones: “Bájale, deja de estar molestando”. Les mandaban mensajes con información personal o de sus movimientos, para demostrarle que las tenían controladas. Sandra acabó alejándose, bajó su perfil social, y dejó de contestar muchas de las peticiones que le hicieron sus colegas. “Lograron silenciarla, estaba amenazada”, dice la fuente de su entorno, que habla en condición de anonimato.Capturas de pantalla de las conversaciones que denunció Sandra Domínguez. CORTESÍAEl Gobierno de Oaxaca respondió de manera insólita a la desaparición. El miércoles de la semana pasada, el secretario de Gobierno de Oaxaca, Jesús Romero López, salió a desmentir en conferencia de prensa que Vargas estuviera vinculado a la desaparición de la activista. El número dos del Gobierno estatal aseguró que tenían dos líneas de investigación y que ninguna estaba vinculada al coordinador de Delegados de Paz. Detalló que una de las líneas estaba relacionada con la presencia del narcotráfico en esa región. El propio Vargas se defendió diciendo que lo de los chats misóginos había sido “grilla política”. Las críticas de los grupos feministas les llovieron y, este lunes, Romero López prometió “no claudicar” hasta encontrar a la pareja con vida.La familia no descarta la vinculación con el trabajo de la abogada. En un país donde matan a 10 mujeres cada día, admiten que puede tratarse de un caso de violencia de género, reflexiona una fuente cercana a ellos, que también prefiere mantener el anonimato. Aracely Cruz, diputada federal del Estado de Oaxaca y amiga de Sandra, pide que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso, porque la Fiscalía de Oaxaca “no tiene autonomía” para hacer su trabajo. “Han pasado muchos días, pero no pierdo la esperanza, estamos buscándola con vida”, dice en conversación con este periódico. “Me encantaría que la FGR tome el caso y la Secretaría de la Mujer tome cartas en el asunto”.La mamá de la activista grabó un video en los últimos días en el que solicita a las autoridades profundizar en la búsqueda de su hija. “Que aparezca, por favor”, dice la mujer, visiblemente conmovida. A la petición se sumaron decenas de activistas, políticos, escritores y periodistas, de Oaxaca y de otras partes de México. En aquel video que grabó en marzo de 2023, Sandra Domínguez invitaba a las mujeres a no tener miedo y denunciar. “Muchas temen porque son personas que, entre ellos, se defienden”, decía sobre los acusados y quienes supuestamente les encubrieron. Sus palabras toman fuerza ahora, tras la desaparición, y en medio de una férrea defensa del Gobierno estatal a sus funcionarios. Incluso sin una investigación de por medio.Capturas de pantalla del chat misógino en el que participó el funcionario Donato Vargas. CORTESÍA
Oaxaca clama por la aparición de Sandra Domínguez, la activista que exhibió la misoginia del poder
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