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Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, ha logrado formar en el Senado la mayoría calificada que no obtuvo en las urnas en las elecciones de junio. Con la adquisición de dos experredistas —Araceli Saucedo y José Sabino Herrera— y la reciente incorporación del aún panista Miguel Ángel Yunes Márquez, el bloque oficialista ha asegurado 86 escaños, exactamente las dos terceras partes del Senado que se requieren para reformar la Constitución. Se trata de un rodillo parlamentario eficaz pero frágil, que puede verse obstruido si algún legislador falta a las votaciones o si se caen los acuerdos pactados. Morena da por descontado el apoyo del polémico clan de los Yunes, que hace dos semanas colaboró para sacar adelante la anhelada reforma al Poder Judicial. Ahora, Morena se dispone a ratificar este martes otra enmienda prioritaria de López Obrador antes de que concluya su mandato y entregue el poder a Claudia Sheinbaum. Se trata de un cambio a la Constitución que convierte definitivamente a la Guardia Nacional en una nueva fuerza armada bajo el control de la Secretaría de la Defensa (Sedena), una enmienda muy criticada por colectivos de derechos humanos y una parte de la academia.Morena y sus aliados del PVEM y el PT aprobaron la reforma la semana pasada en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene una supermayoría que le permite modificar la Carta Magna sin contrapesos, ante una oposición más bien testimonial. En el Senado, en cambio, Morena ha tenido que negociar para hacerse con los escaños necesarios. La última adquisición, decisiva para aprobar la reforma judicial, fue la de Yunes Márquez, hijo del exgobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares. El gran operador de esa incorporación fue Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación y hoy líder de la bancada de Morena en el Senado. La adhesión fue muy cuestionada, por lo que la familia Yunes pudo haber pedido a cambio, cercada como está por la justicia de Veracruz y la federal. Las investigaciones de la Fiscalía apuntan a que varios integrantes del clan Yunes están supuestamente implicados en delitos de enriquecimiento ilícito, blanqueo de capitales, quebranto al erario y fraude.Dos senadores de Morena han afirmado a EL PAÍS que el grupo parlamentario da por asegurado el voto de Yunes Márquez en la sesión de este martes, en la que se discutirá el dictamen sobre la Guardia Nacional. Yunes sigue militando en el PAN, aunque enfrenta un proceso interno de expulsión tras haber dado su apoyo a Morena en la votación de la reforma judicial. Al margen del pleito panista, el senador veracruzano ya asiste a las reuniones privadas de los senadores de Morena, donde se discuten asuntos de agenda y estrategia y se toman decisiones conjuntas, según han confirmado las dos fuentes consultadas. Para los morenistas, en los hechos, Yunes ya es parte del grupo parlamentario oficialista. Esta circunstancia despeja las dudas de si Yunes solo daría su apoyo a Morena en lo referente a la reforma judicial. La semana pasada, el panista se reunió con la presidenta electa a instancias de Adán Augusto López. Ya desde entonces el político dejaba ver que su apoyo a Morena sería consistente. Es el senador número 86 del oficialismo.Más informaciónEn el PAN también entienden la nueva posición de Yunes Márquez. Guadalupe Murguía, coordinadora de la bancada panista, ha señalado que su compañero ya no participa en las reuniones del grupo, y que, en cambio, ya ocupa un escaño entre los asientos de los morenistas. La jefa del PAN ha señalado en una entrevista para Radio Fórmula que Yunes “ya opera, se sienta, acuerda con el grupo de Morena. No tiene ya ninguna participación con el PAN y con el grupo parlamentario”. Murguía ha considerado que la actitud de Yunes “es una forma de burlarse y de agresión”. La dirigencia panista ha ordenado la expulsión del veracruzano de sus filas, una decisión que Yunes podría recurrir ante las autoridades electorales para mantenerse dentro de la formación aun votando con Morena. Murguía ha afirmado que tanto Yunes Márquez como su padre, el exgobernador Yunes Linares, se quieren quedar en el PAN “para generar el mayor daño posible”.Otra incógnita gira en torno al senador Daniel Barreda, de MC. Durante la discusión de la reforma judicial, el emecista se ausentó alegando un problema familiar. Este periódico ha contado que la falta de Barreda fue producto de un acuerdo con Adán Augusto López, para favorecer a Morena. El emecista ha reiterado que decidió acompañar a su padre a una audiencia judicial en Campeche. Sin embargo, al paso de los días ha surgido información que pone en duda que el senador o su padre hayan sido requeridos por la justicia de ese Estado, lo que fortalece la versión de un acuerdo político con los morenistas. Sin embargo, con Yunes en el bolsillo, el apoyo velado de Barreda ha pasado a segundo plano.El lunes mismo, el jefe de la bancada morenista sostuvo que algunos priistas podrían votar junto a Morena a favor del traspaso de la Guardia Nacional al Ejército. “Yo sé que Manuel Añorve [coordinador del grupo del PRI] y los priistas van a ir a votar por el sí, y mañana lo vamos a ver en la sesión”, ha dicho López durante la reunión de comisiones donde se aprobó el dictamen de la reforma. Añorve, presente en la sesión, tomó la palabra pero no se pronunció sobre la afirmación de Adán Augusto López respecto a cuál será el sentido de su voto. El líder priista ha sostenido que en varios Estados de México se requiere que las Fuerzas Armadas colaboren en la seguridad pública, pero ha afirmado que no está de acuerdo con la transferencia de la GN a la Sedena. “Por su puesto que no soy incongruente”, ha afirmado Añorve.La reforma de la Guardia Nacional será la última victoria de López Obrador. La enmienda busca que la corporación policiaca, creada originalmente con espíritu civil bajo el mando de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pase al control de la Sedena y sea conducida por un general de división del Ejército. López Obrador ya había intentado traspasar el mando de la Guardia a los militares en 2022, pero la reforma de aquel momento, avalada solo con un cambio legal por la mayoría simple oficialista, fue anulada por la Suprema Corte de Justicia. Varios ministros del Supremo advierten en esa resolución la génesis del encono del presidente hacia la judicatura y el origen de la reforma al Poder Judicial, que ya ha sido probada y promulgada. Ahora la correlación de fuerzas ha cambiado. En el Congreso, Morena tiene los votos para cambiar legítimamente la Constitución, mientras el Supremo está acorralado por la elección de jueces que tendrá lugar el próximo año. López Obrador se marchará del cargo con la reforma de la Guardia Nacional aprobada.Apúntese gratis a la newsletter de EL PAÍS México y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país.

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