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Actualmente, los mercados financieros en México están atravesando un periodo de incertidumbre y volatilidad, debido a una serie de factores tanto externos como internos. La reciente aprobación en el Senado de la República de la Reforma al Poder Judicial, ha generado preocupación entre los dos principales socios comerciales del país, Estados Unidos y Canadá, ya que incrementa la incertidumbre con respecto a la independencia del Tercer poder en México, poniendo en riesgo inversiones actuales y futuras. A su vez, el cambio del discurso de la FED, así como las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre en Estados Unidos podrían tener un impacto en la estabilidad del mercado financiero de México.La reciente aprobación de la reforma judicial en México, ha generado un debate intenso dentro del país. La reforma, promovida por la actual administración, tiene como objetivo mejorar la eficiencia del sistema judicial, combatir la corrupción y garantizar una mayor equidad en la aplicación de la ley. No obstante, sus objetores argumentan que podría aumentar la incertidumbre jurídica, lo que a su vez podría afectar la confianza de los inversionistas, tanto nacionales como internacionales, y pone en riesgo la independencia de los jueces.Desde una perspectiva financiera, la certeza jurídica es un factor crucial para la toma de decisiones de inversión. Los inversionistas requieren de un marco legal predecible y confiable para evaluar los riesgos asociados a sus inversiones. Un cambio en las reglas del juego, o la percepción de un debilitamiento en el Estado de Derecho, puede llevar a una reevaluación de los riesgos, lo que podría resultar en una salida de capitales del país. Esto, a su vez, presionaría a la baja el valor del peso mexicano y generaría volatilidad en los mercados bursátiles.Además, la incertidumbre jurídica puede aumentar los costos de financiamiento para las empresas mexicanas. Si los inversionistas perciben un mayor riesgo asociado a operar en México, exigirán mayores rendimientos para compensar ese riesgo, lo que se traduce en tasas de interés más altas para el financiamiento de proyectos y operaciones. Este aumento en los costos podría afectar la competitividad de las empresas mexicanas, en particular, aquellas que operan en mercados globales.Por otro lado, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) juega un papel crucial en la economía global. La FED, como el banco central más influyente del mundo, tiene un impacto significativo en la economía internacional, incluyendo a México. La política monetaria de la FED, y en particular sus decisiones respecto a las tasas de interés son seguidas de cerca por los mercados financieros internacionales. En el contexto actual, la FED recientemente adoptado una postura más restrictiva, con el objetivo de controlar la inflación que ha alcanzado niveles no vistos en décadas. Un aumento en las tasas de interés en Estados Unidos encarece el costo del dinero, lo que tiende a reducir la inversión y el consumo en ese país. Pero los efectos de esta política no se limitan a las fronteras estadounidenses; también afectan a México de varias maneras.Primero, un cambio en las tasas de interés en Estados Unidos suele afectar el valor del dólar frente a otras monedas, incluido el peso mexicano. Esto podría resultar en una variación del valor del peso, una moneda más débil puede hacer que las exportaciones mexicanas sean más competitivas en el mercado internacional. Sin embargo, por otro lado, también encarece el costo de los bienes importados y puede generar presiones inflacionarias dentro del país.Segundo, un cambio en las tasas de interés en Estados Unidos también podría abaratar o encarecer el financiamiento en dólares. Muchas empresas mexicanas, especialmente aquellas que operan a nivel internacional, dependen del crédito en dólares para financiar sus operaciones. Un costo más alto del crédito puede reducir la capacidad de inversión de estas empresas, lo que a su vez puede afectar el crecimiento económico de México.Además, dado que Estados Unidos es el principal socio comercial de México, una desaceleración económica en ese país podría tener un impacto directo en sectores clave de la economía mexicana, como la manufactura, la agricultura y el turismo.En agosto, el índice precios al consumo en Estados Unidos (IPC) bajó a un 2.5% interanual, un dato que no se había visto desde 2021, pero todavía por encima del objetivo de 2% de la FED. Este dato aunado a las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Fed, en su conferencia anual en Jackson Hole a finales de agosto, señalan un recorte de las tasas de interés en la siguiente reunión. Al parecer la dirección es clara, y los miembros de la FOMC debaten sobre el “el momento y ritmo” de los recortes de tasas.Las elecciones presidenciales en Estados Unidos son otro factor de incertidumbre para los mercados financieros en México. El resultado de estas elecciones podría determinar cambios significativos en la política comercial, migratoria y económica de nuestro vecino del norte, lo cual impactaría directamente en México. Una nueva administración podría renegociar acuerdos comerciales, imponer nuevas regulaciones o modificar políticas que afectan a los millones de mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos.La incertidumbre política suele generar volatilidad en los mercados, ya que los inversionistas prefieren esperar a que el panorama sea más claro antes de tomar decisiones significativas. Esto puede llevar a fluctuaciones en el tipo de cambio, en el mercado de valores y en las tasas de interés en México.La combinación de la Reforma al Poder Judicial en México, los cambios en la política monetaria de la FED y las elecciones en Estados Unidos crea un entorno de incertidumbre que podría tener un impacto significativo en los mercados financieros de México. Las empresas y los inversionistas deben prepararse para un escenario en el que la volatilidad y el riesgo sean elevados, lo que podría afectar tanto el crecimiento económico como la estabilidad financiera del país.En este contexto, es esencial que los actores económicos en México tomen medidas proactivas para mitigar los riesgos. Esto incluye una cuidadosa gestión de riesgos financieros, la diversificación de inversiones y una vigilancia constante de los desarrollos tanto a nivel nacional como internacional. La capacidad de adaptarse a estos cambios será clave para mantener la estabilidad en un entorno económico cada vez más incierto.El autor es Profesor de Finanzas y Director de Entrada en el Tecnológico de Monterrey.

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