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Los bulos y los rumores malintencionados en torno a las operaciones oficiales de asistencia en el oeste de Carolina del Norte tras el paso del mortífero huracán Helene hace tres semanas ya arrojan consecuencias peligrosas. Mientras decenas de miles de afectados intentan retirar árboles caídos, reabrir puentes, recuperar la electricidad o recuperar lo que se pueda de sus viviendas dañadas, la Agencia Federal de Gestión de Desastres (FEMA, por sus siglas en inglés) ha tenido que reorganizar sus tareas y recolocar a sus equipos en la zona después de que este fin de semana recibiera amenazas “creíbles” contra la seguridad de sus trabajadores.El fin de semana, el servicio de Guardia Forestal envió un correo electrónico a los participantes en las tareas de auxilio en el que se indicaba que soldados de la Guardia Nacional habían escuchado a una “milicia” que decía estar “a la caza” de trabajadores de FEMA en las zonas de Lake Luge y Chimney Rock, dos zonas de gran atractivos turístico y muy dañadas por Helene en el condado rural de Rutherford, al pie de los montes Apalaches.Más informaciónEl lunes, la oficina del shérif del condado de Rutherford confirmaba la detención de una persona, William Jacob Parsons, de 44 años, en relación con el incidente. Según ha explicado la oficina, los informes iniciales hablaban de una milicia, pero los alguaciles han determinado que el sospechoso, que estaba armado con un rifle y un revólver cuando profirió las amenazas, actuó solo. Parsons ha quedado en libertad bajo fianza tras el pago de 10.000 dólares, imputado de “sembrar el terror entre el público por pronunciar amenazas mientras portaba armas”.Como medida de precaución, la agencia de gestión de desastres ha comunicado que sus equipos de asistencia dejarán de ir puerta por puerta en las zonas afectadas y ofrecerán sus servicios en centros de ayuda. La tarea de estos equipos es informar a los afectados de las ayudas federales a las que tienen derecho y ayudarles a tramitarlas.“FEMA sigue apoyando a las comunidades afectadas por Helene y ayudando a los supervivientes a tramitar sus solicitudes de ayuda. En beneficio de la seguridad de nuestro personal y de los supervivientes del desastre a los que ayudamos, FEMA ha puesto en marcha algunos ajustes operativos. Los Centros de Asistencia para Desastres seguirán abiertos como hasta ahora, los supervivientes seguirán registrándose para recibir ayuda y seguiremos ayudando a los residentes de Carolina del Norte en su recuperación”, ha indicado la agencia federal.El incidente es la consecuencia más notoria hasta el momento de una avalancha de desinformación en torno a los trabajos del Gobierno federal en Carolina del Norte y otros Estados afectados por Helene y, en la última semana, el huracán Milton, que ha dejado graves daños en Florida. Helene tocó tierra el 26 de septiembre en Florida como tifón de categoría 4 y, en su travesía por seis Estados, dejó una ola de destrucción y al menos 225 muertos. La mayor parte de las víctimas y los peores daños se registraron en Carolina del Norte, donde aún permanecen cerradas algunas carreteras y comunidades en zonas montañosas de difícil acceso todavía no han recuperado el suministro eléctrico.Los bulos han complicado el desarrollo de las tareas de auxilio y obligado a los rescatistas a desviar parte de sus esfuerzos y recursos a combatirlos, en lugar de dedicarlos a las víctimas. También han alimentado la desconfianza de los receptores de ayuda, que en algunos casos han llegado a negarse a recibir nada que provenga del Gobierno federal.Las informaciones falsas que han circulado estas semanas son más que variadas. Algunas de las más descabelladas aseguran que las autoridades planean terminar de echar abajo la localidad de Chimney Rock, casi completamente destruida por el huracán, para enterrar allí con excavadoras centenares de cadáveres. Esta última desató el pánico en la zona, y los llamamientos de algunos residentes a que milicias ciudadanas se enfrentaran a los trabajadores de FEMA: precisamente la amenaza que el detenido Parsons parece haber proferido.Otros bulos sostienen que las compensaciones por daños tienen un tope de 750 dólares. O que los fondos de ayuda a los damnificados se han entregado a inmigrantes. Otra teoría que no ha dejado de encontrar eco -y a la que han dado pábulo políticos del ala republicana más extrema como la congresista Marjorie Taylor-Greene- es que el Gobierno federal es quien ha provocado los huracanes para obtener un supuesto beneficio político en las inminentes elecciones.En plena recta final de la campaña para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el candidato republicano, Donald Trump, ha amplificado algunos de estos bulos y rumores, como el de que no hay ayudas para los afectados y no las hay porque el dinero ha ido a parar a solicitantes de asilo.No está claro si estos bulos tendrán algún efecto en el resultado de las elecciones en este Estado. Carolina del Norte es uno de los siete territorios bisagra, junto a Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Georgia, Nevada y Arizona, que tendrán la última palabra para decidir quién es el próximo presidente: si Donald Trump o su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. Los agregadores de encuestas apuntan a que ambos se encuentran en empate técnico, aunque el republicano aventaja a su contrincante por apenas unas décimas de punto porcentual.La zona afectada por Helene en Carolina del Norte, en los montes Apalaches y sus cercanías, es sobre todo rural y Trump ganó en la mayoría de esos condados en las últimas elecciones, en las que se impuso en el Estado por apenas unas décimas. Pero también incluye el núcleo urbano de Asheville, un enclave artístico de tendencias muy progresistas, la ciudad universitaria de Boone y zonas en las que los demócratas han ido logrando avances en los últimos años.Ante la riada de rumores, FEMA ha creado una página dedicada específicamente a desmontar los bulos que corren sobre las operaciones de asistencia en Carolina del Norte. El propio presidente estadounidense, Joe Biden, ha comparecido en público para tratar de atajar las informaciones falsas más descabelladas. Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional (el departamento del que depende FEMA), denunciaba este domingo que “hay personas que necesitan ayuda y tienen derecho a a ella que no la solicitan por culpa de las informaciones falsas”.El gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, hacía referencia este lunes a “los significativos bulos en internet” y las “informaciones sobre amenazas a los trabajadores de asistencia”, para indicar que los agentes de policía estatales colaborarán con las autoridades locales para identificar y responder a los rumores y amenazas específicos.La directora de FEMA, Deanna Criswell, declaraba también este lunes que “la desinformación no es aceptable, y tampoco amenazas contra nadie, especialmente cuando estamos en una situación en la que la gente tiene tantas necesidades. Es muy doloroso, y perjudica nuestra capacidad de ayudar a la gente”.

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