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El empresario de criptomonedas Justin Sun, conocido por sus arriesgadas inversiones y su afición por el arte contemporáneo, cumplió su prometida hazaña esta semana: comerse el plátano de una de las obras más controversiales de la última década, la instalación artística Comediante, de 2019, del artista italiano Maurizio Cattelan, que se vendió por 6,2 millones de dólares (aproximadamente 4,9 millones de libras esterlinas) en una subasta en Sotheby’s, Nueva York, la semana pasada.

Sun, quien había superado las ofertas de otros seis postores, se hizo con los derechos de exhibir la pieza, que consiste en un plátano fresco pegado a la pared con cinta adhesiva. El momento culminante de su adquisición ocurrió durante una conferencia de prensa en Hong Kong, donde Sun, de 34 años, aprovechó la ocasión para realizar un acto que ya forma parte de la historia del arte contemporáneo: comerse el plátano.

Este acto simbólico y cargado de ironía en torno al arte contemporáneo y la especulación financiera deja claro que, para Justin Sun, tanto el mercado del arte como el de las criptomonedas pueden ser igualmente sorprendentes, volátiles y, sobre todo, lucrativos. Con una sonrisa, el empresario llevó la fruta a su boca, mientras en su discurso trataba de vincular la obra de Cattelan con la naturaleza de las criptomonedas y los tokens no fungibles (NFT)


“Comerlo en una conferencia de prensa también puede convertirse en parte de la historia de la obra de arte”, dijo Sun.


El plátano de la obra debe de ser uno real y fresco
Créditos: Archivo El Heraldo de México

Comediante, el arte del plátano

La instalación Comediante ha sido objeto de gran controversia desde su creación en 2019, cuando se exhibió por primera vez en Art Basel en Miami. La obra, que en principio parece una broma o un comentario sobre la frivolidad del mercado del arte contemporáneo, se reemplaza regularmente por plátanos frescos para su exposición. Sun, quien adquirió el derecho de exhibirla y la guía para cambiar el plátano, explicó que ya se habían comido otros plátanos de la instalación, uno de ellos por un artista de performance en 2019 y otro por un estudiante surcoreano en 2023, aunque ninguno de ellos había pagado por ello.

Según reportó el New York Times, un plátano fresco costó sólo 35 centavos el día de la subasta, antes de convertirse en una de las frutas más caras del mundo. Para quienes asistieron al evento en Hong Kong, Sun obsequió plátanos acompañados de rollos de cinta adhesiva, como un curioso souvenir.

Además de su destacada presencia en el mundo de las criptomonedas, Sun, quien administra la blockchain Tron, una plataforma digital para el comercio de criptomonedas, aprovechó la ocasión para comparar la obra de Cattelan con los NFT (tokens no fungibles), una de las grandes apuestas del mercado digital. Al igual que las piezas abstractas del arte contemporáneo, los NFT no tienen valor intrínseco, sino que su valor es definido por lo que las personas están dispuestas a pagar.

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LA

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