“¿Están ustedes mejor hoy que hace cuatro años?” El 28 de octubre de 1980, a solo una semana de las elecciones presidenciales, Ronald Reagan lanzaba esa pregunta a los votantes. El entonces gobernador de California arrasó en las urnas frente al presidente, Jimmy Carter. Desde entonces, se ha convertido en la cuestión electoral por excelencia. Trump la ha estado repitiendo una y otra vez en sus mítines de la última semana de campaña, al tiempo que presentaba a Estados Unidos como una economía al borde de una depresión económica. Lo cierto, sin embargo, es que el nuevo inquilino de la Casa Blanca hereda una economía que crece con fuerza, en la que la tasa de paro está cerca de sus mínimos históricos y la inflación, el gran problema del mandato de Joe Biden, está bajo control. El principal problema es el abultado déficit público y la creciente deuda.Trump dice que la economía está hecha un desastre, pero que cuando asuma el cargo la va a arreglar “rápido”. Tan rápido, que en realidad ya está arreglada. Gracias a la reciente política monetaria de la Reserva Federal, Estados Unidos está logrando lo que los economistas —en un término prestado de la carrera espacial— llaman aterrizaje suave: controlar la inflación sin provocar una recesión ni pérdidas masivas de empleo.El republicano aprovechó el distorsionado dato de octubre —en el que solo se crearon 12.000 empleos netos por culpa de los huracanes Helene y Milton y de la huelga de Boeing—, para burlarse de la cifra. “Esos son los empleos que crea Walmart, no Estados Unidos”, dijo. Los llamó “los peores números” de la historia, pese a que durante su mandato, y en plena pandemia, hubo un mes en que se destruyeron 20,5 millones de empleos. Y, antes de la pandemia, en febrero de 2019, otro en que se crearon solo 5.000. Su último mes completo en el cargo, diciembre de 2020, se destruyeron 243.000 puestos de trabajo. Su mandato terminó con menos empleo del que había cuando llegó a la Casa Blanca.Con Biden, al calor de la recuperación de la pandemia, primero, y de la pujanza del consumo, después, se han creado empleos en todos y cada uno de los meses en que ha sido presidente, hasta sumar 16 millones de nuevos puestos de trabajo. La tasa de paro, que estaba en el 6,7% a finales de 2020, ha bajado hasta el 4,1% y ha llegado a encadenar 26 meses por debajo del 4%, la mejor racha en medio siglo. En el debate de 1980, justo después de la primera pregunta, Reagan, conocedor de que el desempleo había subido con Carter, añadió esta otra: “¿Hay más o menos paro en el país que hace cuatro años?”Crecimiento del 15,5% del PIBEl producto interior bruto estadounidense cayó un 2,1% en el último año del mandato de Trump y creció un 5,8% en el conjunto de sus cuatro años, según los datos del FMI. En los cuatro años de Biden, la economía ha crecido un 15,5%, tomando la previsión del Fondo para este año. En el tercer trimestre, creció a un ritmo cercano al 3% anual. Incluso si se eliminan los años 2020 y 2021 del cómputo para quitar las distorsiones de la pandemia, la comparación sigue favoreciendo a Biden.La inflación ha sido el gran talón de Aquiles económico de Biden y que en buena medida explica el arrollador triunfo de Trump en las urnas. Los precios han subido más de un 20% durante su mandato, frente a menos de un 8% en los cuatro años del expresidente. Los factores externos han sido, de nuevo, decisivos. La pandemia, los atascos en la cadena de suministros y la guerra de Ucrania llevaron la inflación a tocar un máximo del 9,1% en junio de 2022, el nivel más alto en cuatro décadas, justo desde el brote inflacionista que le costó en gran medida la presidencia a Carter.Trump decía en sus mítines que va a acabar con la inflación. Sin embargo, se trata de un problema básicamente superado. Los precios subieron un 2,4% en los últimos 12 meses, menos que el 2,5% de los 12 últimos meses de Trump previos a la pandemia, según datos de Reuters. Si lo que se mira es el índice PCE, el favorito de la Reserva Federal, la inflación está ahora en el 2,1%, a solo una décima del objetivo de estabilidad de precios del banco central.Aunque la inflación haya caído, los precios no lo han hecho. Eso sigue pesando en el ánimo de los votantes, que tienen fresco en la memoria cuánto costaba salir a cenar o hacer la compra hace cuatro años. Los ciudadanos no suelen ver la otra parte de la historia: los sueldos también han subido. De hecho, la renta personal disponible ha aumentado un 10% en términos reales, es decir, descontada ya la inflación, según datos de Reuters. Eso, por supuesto, es una media, de modo que habrá muchos hogares que no hayan notado esa mejora general.En cuanto a la riqueza neta de los hogares, muy dependiente del precio de la vivienda y de la evolución de la Bolsa, también ha aumentado con fuerza. Según los datos de la Reserva Federal, era de 164 billones de dólares (algo más de 150 billones de euros) al cierre del segundo trimestre, la cifra más reciente disponible. Eso son 32 billones de dólares más que al cierre de 2020. Por cierto, uno de los que más ha aumentado su riqueza durante el mandato de Biden, en más de 50.000 millones de dólares, es el acérrimo trumpista Elon Musk. La Bolsa ha subido cerca de un 50% durante su Administración y no ha parado de batir un récord tras otro.En realidad, el mayor problema económico de Estados Unidos son sus cuentas públicas. El déficit se sitúa entre el 6% y el 7% del PIB y la deuda federal ha aumentado más de siete billones de dólares durante el mandato de Biden (aunque aumentó más con Trump), según datos de la Reserva Federal. Trump se ha presentado a las elecciones sin propuestas creíbles para atajar ese problema.
Biden deja a Trump una economía pujante, casi sin paro y con la inflación controlada | Elecciones USA
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